Un gran poeta Norteamericano, del siglo XIX nacido el 31 de Mayo de 1819, en las cercanias de la ciudad de Nueva York, hijo de padre carpintero. Se dedicó a la docencia, a la impresión de periódicos de la zona y comenzó luego a perfilarse como periodista y columnista. Es considerado como el poeta vegetal ó ecológico, por la sensible razón de su amor a la naturaleza, una de sus obra más conocida es Hojas de Hierba, publicado en 1855. Una vez iniciada la Guerra de Secesión, cumpliría funciones de enfermería, asistiendo espiritualmente a los heridos. Otras de sus grandes obras son: Canto a mi mismo; los dormidos; ¡Oh! Capitan, mi capitan; Redobles de tambor; Paso hacia la India; entre otras. Vale la pena recordar a este hombre de letras y vida sensible, que logró desencarnar y encarnar su alma a través de la escritura.
Me celebro y me canto,
y aquello que yo me apropio habrás de apropiarte
porque todos los átomos que me pertenecen también te pertenecen
me entrego al ocio y agasajo mi alma,
me tiendo a mis anchas a observar un tallo de hierba veraniega.
Mi lengua, todos los átomos de mi sangre, formados de esta tierra y de este aire
Nacido aqui de padre que nacieron aqui, lo mismo que sus padres
a los treinta y siete años de edad, con la salud perfecta empiezo,
y espero no cesar hasta la muerte.
Dejo a las sectas y a las escuelas en suspenso
Me retiro un momento, satisfecho de lo que son, pero no las olvido,
soy puerto para el bien y para el mal, les permito hablar a todos, arrastrando todos los peligros
Naturaleza sin freno, con energía primigenia.
y aquello que yo me apropio habrás de apropiarte
porque todos los átomos que me pertenecen también te pertenecen
me entrego al ocio y agasajo mi alma,
me tiendo a mis anchas a observar un tallo de hierba veraniega.
Mi lengua, todos los átomos de mi sangre, formados de esta tierra y de este aire
Nacido aqui de padre que nacieron aqui, lo mismo que sus padres
a los treinta y siete años de edad, con la salud perfecta empiezo,
y espero no cesar hasta la muerte.
Dejo a las sectas y a las escuelas en suspenso
Me retiro un momento, satisfecho de lo que son, pero no las olvido,
soy puerto para el bien y para el mal, les permito hablar a todos, arrastrando todos los peligros
Naturaleza sin freno, con energía primigenia.
Walt Whitman
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